Un entorno gélido, una base científica y una sorpresa de otro mundo. Sumémosle al Kurt Russell de los ochenta (greñas inclusive) y al maestro del terror y la ciencia ficción John Carpenter. Perdonad la efusividad, pero nos encontramos ante otra película de culto que como buen Screenfreak me trae muy buenos recuerdos.
La película
La verdad es que todo parece muy plácido, aburrido tal vez, para un equipo de científicos y operarios que trabajan en una base del gobierno situada en la Antártida. Pero un descubrimiento vendrá a romper la monotonía de los investigadores: un espécimen alienígena que parece haber permanecido atrapado en el hielo más de 100.000 años. Los habitantes de la base experimental tendrán que hacer frente a la amenaza, adaptándose a lo que está por llegar.
¿Por qué deberías verla?
Amén de lo mencionado arriba, estamos ante una pieza clave del cine terror. Precedida por finales de los setenta, la cinta de Carpenter, destila grandes dosis de suspense combinadas con pasajes tan gores que harán las delicias de las mentes más pervertidas y angustiarán a las cabezas más convencionales: en resumen, no hay lugar para la indiferencia. Los FX de Robb Bottin son tan divertidos como espectaculares (¡año ’82!) y destaca el trabajo en iluminación, principal ayuda en la confección de gran parte del suspense que desprende la película. La tensión que se crea al no saber quién es quién nos convierte en jueces de un Cluedo macabro en el que sabemos que alguien se va a hacer pupita.
Mención aparte merece el casting. La lista de actores que se pusieron al servicio del maestro Carpenter es envidiable. Varios de ellos son habituales en su filmografía, como el propio Kurt Russell. Nos encontramos a un Keith Davis que repetiría en su otra obra de culto They Live (1988), o con un eterno secundario como Wilford Brimley.
Puntos débiles
Si bien el casting es un acierto en referencia a determinados actores, la cantidad de secundarios es abrumadora. Tanto que la mayoría pasan sin pena ni gloria, hasta el punto de plantearnos si era necesario la aparición de muchos de ellos. En lo narrativo, chirría la escalada de locura que sufre el doctor interpretado por Wilford Brimley, dejando por momentos una sensación de precipitación al servicio de la historia que llama la atención por ilógica.
Teniendo en cuenta que a la batuta de la banda sonora estuvo Ennio Morricone, uno se queda despagado con el resultado.
Influencias
No podemos obviar que La Cosa de Carpenter es un remake de la película de Christian Nyby del mismo título. Su origen real se halla a en el relato del escritor de ciencia ficción John W. Campbell Who Goes There? (1948). Otra huella innegable es la de Alien, El Octavo Pasajero (Ridley Scott, 1979), que obligatoriamente ha influido e influirá desde su aparición en cualquier film que combine sci-fi del espacio exterior con terror.
Curiosidades
Kurt Russell no fue la primera opción: el papel de MacReady fue rechazado por Nick Nolte y Jeff Bridges. Russell añadió el sombrero a su personaje como toque distintivo.
Como tantas otras cintas de culto, en su época fue destripada por la crítica. Según el propio Carpenter, es su film favorito (John 1- Crítica 0). Un último dato curiosos es que no aparecen mujeres.
Alerta Spoiler
El personaje afroamericano no muere. ¡Aleluya!
SCREENFREAKS 
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